Huellas de lo Irreversible
No es ninguna novedad que los materiales que utiliza el artista para dar vida a sus obras, llevan en su esencia la historia propia que les pertenece como sustancias, como elementos, como herramientas. Algo así como sucede con la condición humana que trasciende a las individualidades por un todo que marca rasgos característicos generales y que, de alguna manera, si no determinan, como mínimo condicionan. Erica Roncari parte de ejes conceptuales con una fuerte impronta en el inconsciente colectivo; palabras tales como silencio, resistencia, resiliencia, fragilidad, fortaleza, ruptura, desgarro, memoria, son algunas de las que se entretejen en sus piezas y se manifiestan de manera tanto simbólica como material en soportes elegidos para que los juegos de tensiones puedan florecer. La capacidad de develar, a través de las uniones de hilos mudos, aplicada como poética del daño, es una constante en su trabajo así como la insistencia y persistencia en subrayar enfáticamente un interés, una búsqueda, un camino dentro del hacer del arte.
“Palabras, silencios, fragilidades y roturas se entretejen en mis obras como grandes tapices de pensares y sentires” , dice Erica. Su territorio plástico es el papel. Encuentra allí todos los componentes necesarios para dar cuenta de esos conceptos que la atraviesan. El papel soporta palabras, hilos, huellas pero también vacíos, su fragilidad se pone en cuestión cuando resiste y sostiene pesos que superan decenas de veces el suyo. El papel logra vencer la hostilidad de quienes lo desgarran y violentan y en sus cicatrices da cuenta de una presencia lastimada pero viva, activa. El papel nos representa como humanidad en la obra de Erica Roncari, el papel es todo lo que somos, es la fragilidad y la fortaleza en sus dos dimensiones. La artista elige intervenirlo con los hilos, coserlo, desgarrarlo para luego unirlo, perforarlo con las agujas afiladas que dibujan trazos en su intento de por unir, o dejar un agujero innecesario, doloroso. Texturas que se multiplican con un base sutil del blanco que sirve de tabula rasa para que las tramas de los tejidos y las costuras dibujen sus danzas, establezcan sus contrastes, dialogan entre fibras y generen nuevas tramas ya inseparables, convirtiéndose en una. Porque de separarse, de violentar el papel o las telas para que los hilos recuperen su individualidad, ya nada sería como antes porque en la obra de Erica ninguna acción es irreversible sin consecuencias. La artista se ocupa de que cada puntada que da sobre fotografías, telas, hierros unidos y sostenidos con textiles y papeles, cada rastro de ese hilo que impacta, deje detrás de sí, la estela de su pasaje.
Hilos. Una vez más la ambigüedad presente en la materia. Porque así como la sutileza que demanda el papel para ser manipulado desafía al artista a intervenirlo con conocimiento profundo de sus posibilidades, también el hilo puede inducirnos a pensar que sus uniones son débiles e inestables si únicamente ponemos la mirada en la fragilidad aparente del trozo de hilo solitario. Y nos volvemos a equivocar porque si el papel en su delicadeza puede lidiar con la inclemencia del tiempo, la presión de la mano humana, la dureza de las palabras que soporta, también el hilo es capaz de unir lo impensado, combinar en escenarios imposibles, generar armonías surrealistas o, asociar fuerzas de unidades solitarias y convertirse en una trama resistente o, simplemente, volver a vincular aquello que alguna vez fue y quiere intentar recuperar ese vínculo perdido. En la obra de Erica Roncari el rojo es el fluir vital, la sangre, la pasión, la herida y el registro de su paso inmortalizado en la sutura. El negro es la representación del dolor y la oscuridad pero pensado como un espacio de reflexión, como punto de partida para un recomenzar, un reconstruir desde aquel lugar originario donde el Ser se encuentra con sus propios pensamientos, con su historia, con los planteos más crudos y desde donde elige –porque siempre se elige- cómo enfrentarlos. El dorado es el oro del conocimiento, es esa luz que nace del dolor, es la transmutación del negro cuando se hace de la adversidad un territorio de aprendizaje. Estos colores son uno en su obra y en ella, los tres atraviesan el ojo de la aguja y sostienen estoicamente en alguna ocasión fragmentado, generando una poética y una estética donde el foco está puesto en los gritos silenciosos y silenciados devenidos obras.
Erica somete a los hilos a la fuerza extrema de tener que sostener estructuras que multiplican su peso en decenas, desgarra la trama y la vuelve a unir, dando carácter a una metáfora de lo que sucede en las almas de las personas. Pero nunca son uniones caprichosas: allí donde la presión es insoportable, las tensiones entre las fuerzas son desiguales y las palabras están prohibidas, allí emergen una historia de reconstrucción, la de la propia artista y la de cada espectador que sabrá atribuir a cada sutura su lugar correspondiente en su propio relato. La obra de Erica Roncari utiliza las experiencias como catalizadores y lo que allí se imprime, en esos "frágiles" papeles, es una voz universal devenida plástica, una voz de lucha y resistencia que encuentra en el arte la mejor bandera política para manifestar.
Lic. María Carolina Baulo, Febrero 2021
Footprints of the Irreversible
It is nothing new that the materials that the artist uses to give life to their works carry within their essence their own history which belongs to them as substances, as elements, as tools. Something similar to the human condition that transcends individualities by a whole that highlights characteristic features and that, in some way, if they do not determine, at least they condition. Erica Roncari starts from conceptual issues with a strong imprint on the collective unconscious; words such as silence, resistance, resilience, fragility, strength, rupture, tear, memory, are some of those that are interwoven in her pieces and manifested both symbolically and materially in carefully chosen supports so that the games of tension can flourish. The ability to reveal, through the unions of mute threads, applied as a poetics of damage, is a constant in her work as well as the insistence and persistence in emphatically underlining an interest, a search, a path within the art making. "Words, silences, frailties and breaks are woven into my works like great tapestries of thoughts and feelings", says Erica. Her plastic territory is paper. She finds there all the necessary components to account for those concepts that run through her. The paper supports words, threads, footprints but also voids, its fragility is called into question when it resists and supports weights that exceed dozens of times its own. Paper manages to overcome the hostility of those who tear and violate it and in its scars it shows a wounded but alive, active presence. Paper represents us as humanity in Erica Roncari´s works, paper is all we are, fragility and strength in its two dimensions. The artist chooses to intervene it with the threads, sew it, tear it and then unite it, pierce it with the sharp needles that draw lines in their attempt to join, or leave an unnecessary, painful hole. Textures that multiply with a subtle base of white that serves as a tabula rasa so that the wefts of the fabrics and the seams draw their dances, establish their contrasts, dialogue between fibers and generate new, already inseparable wefts, becoming one. Because if separating them, if violating the paper or the fabrics so that the threads recover their individuality, nothing would be the same as it was before because in Erica's work no action is irreversible without consequences. The artist ensures that each stitch that she produces on photographs, fabrics and iron joined and supported with textiles and papers, each trace of that impacting thread, leaves behind the trail of her passage. Nothing can go back without having ensured the presence of the suture - although sometimes subtle- by keeping a memory record, the history behind that action. Threads. Once again the ambiguity present in the matter. Because just as the subtlety that the paper demands to be manipulated challenges the artist to intervene with a deep knowledge of its possibilities, the thread can also lead us to think that its unions are weak and unstable if we only look at the apparent fragility of the lonely piece of thread. And we are once more wrong because if the paper in its delicacy can deal with inclement weather, the pressure of the human hand, the harshness of the words it supports, the thread is also capable of uniting the unthinkable, combining in impossible scenarios, generate surreal harmonies or, associate forces of solitary units and become a resistant weft or, simply, re-link what once was and wants to try to recover that lost link. In Erica Roncari's work, red is the vital flow, the blood, the passion, the wound and the mark of its passage immortalized in the suture. Black is the representation of pain and darkness, but thought as a space for reflection, as a starting point for a new beginning, a rebuilding from that original place where the Being meets his own thoughts, with his history, with the most difficult raw questions and from where he choose - because you always choose - how to deal with them. Golden is the gold of knowledge, it is that light that is born from pain; it is the transmutation of black when adversity becomes a learning territory. These colors are one in her work and in her, the three pierce the eye of the needle and stoically sustain what was once fragmented, generating a poetic and an aesthetic where the focus is on the silent and silenced screams that have become works. Erica subjects the threads to the extreme force of having to support structures that multiply their weight by dozens, she tears the weft apart and puts it back together, giving character to a metaphor of what happens in people's souls. But they are never capricious unions: where the pressure is unbearable, the tensions between the forces are unequal and words are forbidden, there a reconstruction story emerges, that of the artist herself and that of each spectator that will know how to attribute to each suture its corresponding place in his own story. Erica Roncari's work uses experiences as catalysts and what is printed there, on those "fragile" papers, is a universal voice that has become plastic, a voice of struggle and resistance that finds in art the best political flag to express itself.
Lic.MaríaCarolina Baulo, February 2021